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Nos atraemos.

Un largo rato pasó y la media noche se hizo presente, Jungkook permanecía dormido; se adormeció casi de inmediato al sentir la mano de Jimin entre la suya y podía seguir así por mucho rato pero el omega ya no tenía tiempo para acompañarlo, así que decidió que era tiempo de irse. Jungkook no tenía intenciones de soltarlo, su mejor idea fue tratar de liberarse a si mismo con lentitud. Desenlazó sus dedos de los del alfa con lentitud y deslizó su palma lejos de la más grande, le faltaban unos cuantos centímetros de su muñeca y miró al rostro pacífico de Jeon; su corazón latió muy rápido ante la idea de dejarlo ahí solito.

Desde que comenzó sus prácticas le ha resultado muy dolorosa la idea de dejar a sus pacientes sin compañía y con Jungkook eso aumentaba debido al cariño particular que siente por historia... ahora es aún peor; verlo despierto y haber recibido su ayuda le complican mucho la situación, pero sabe que no puede hacer más de lo que su empleo le dicta, es su enfermero y Jungkook su paciente.

—Tengo que irme —susurró para sí mismo, no quería despertar al chico, siguió retirando su mano concentrándose en ella, pero de pronto los dedos ajenos se cerraron de nuevo entre los suyos, entrelazándolos. Un jalón lo hizo caer sobre la cama, Jungkook lo había tirado a la cama para rodearlo con los brazos y enterrar el rostro en su cuello. Lo hubiese olfateado con total confianza si la mascarilla de oxígeno no se interpusiera en su camino; fue tan fácil como retirarla para poder llenarse de la vainilla y café que tanto alteraban su interior—. Tengo que irme y ponte eso que no puedes estar sin ella —Jimin lo regañó, separándose sin muchas ganas del abrazo; estar acostado se sentía bien luego de un largo día de trabajo... Por supuesto era eso y no que le agradaba el cosquilleo de su estómago por las caricias de Jeon.

—No puedes irte —habló ronco y lento sin soltarlo, sus ojos se veían más oscuros pero tan brillantes, protectores—. Es de noche, pue-puede ser peligroso —respiró lento, su aliento chocó contra el cuello del menor haciendo que su piel se erice. Deslizó su nariz de nuevo por la piel aterciopelada, soltando su aroma, como tratando de hacerle ver la preocupación que lo embargaba. Sus manos bailaron en la espalda del omega con lentitud, rodeándolo y protegiéndolo.

Jungkook sabía que probablemente estaba siendo invasivo y tan grosero al tocarlo de aquellas formas pero no podía controlar sus acciones, su interior estaba en llamas al pensar en Jimin saliendo a la oscuridad de la intemperie; solo y desprotegido de alfas infelices como el estúpido del que lo cuidó hace un rato. El simple hecho de recordar a ese infeliz le comprueba que Jimin no está seguro en ninguna parte.

Jungkook no se da cuenta pero no está siendo el más racional para ese momento, o tal vez si lo nota pero Jimin le dijo que tenía que liberar sus intentos; solo está haciendo lo que su enfermero le indicó, su lado humano no está preocupado ni nada.

—D-Descuida... —tartamudeó un poco ante las caricias que el más grande dejaba en su espalda, se sentía demasiado bien, en paz y como si no necesitara otra cosa más que eso—. Mi padre viene por mí.

—Algo puede pasarte, por favor, no te vayas —frotaba su mejilla sobre la fuente de olor del omega, marcándolo con su aroma, estaba algo débil pero sus movimientos se veían necesitados.

—Jungkook, no hagas eso... —reprendió pero sin moverse del sitio, sus sentidos se nublaron tanto por el delicioso aroma que se estaba impregnando en su ser que olvidó que sus padres lo notarían. Tiene justificación, trabaja con muchos alfas y es normal que sus prendas tal vez se llenen de aromas ajenos o tal vez podía contarles a sus padres sobre Jungkook y su extraña situación con él. Decidió esperar al fin de semana y hablarlo tranquilamente; no quiere lidiar con todo eso por el momento—. No va a pasarme nada, mañana entraré por esa puerta para fastidiarte con mi voz por otras ocho horas —salió de su ensoñación, tenía que hacerlo, se puso de pie alejándose del calor de Jungkook; le costó demasiado esfuerzo porque este simplemente no lo soltaba. Siguió forzándose hasta que escuchó un gruñido del alfa y alzó las cejas incrédulo.

—Lo siento —Jungkook se recompuso y soltó por completo al ojiazul—. Demonios, lo siento tanto —sus ojos volviendo al lindo verde y dejando su alfa en el interior, su cuerpo se vio un poco más cansado y endeble. El gruñido hizo que su cerebro trabajara como él siempre quiere que lo haga, recuperó la conciencia y mandó a su lobo a donde pertenece; al silencioso rincón de su corazón. No podía ir por la vida gruñéndole a la gente como una bestia, no podía ir por la vida gruñéndole a Jimin solo porque no deja que lo cuide

—No te disculpes —sonrío tímidamente y se sentó en la camilla sin despegar sus ojos de los verdes—. No está mal que dejes tus instintos al exterior... —dijo como si adivinara el debate mental que tenía en ese momento—. Solo debes aprender a controlarlo, a tener la dualidad con tu lobo —se acercó a la cama y tomó de nuevo la mano del alfa.

—Pero yo... —tomó un respiro para continuar pero el aire se atascó en su pecho y comenzó a toser fuertemente, Jimin tomó la mascarilla y la colocó de nuevo en su lugar logrando que la tos se disipara.

—Yo sé que no te gustan tus instintos —completó la idea del rizado—. Y eso está bien pero ahora no es opción, tienes que recuperarte y solo así lo harás —miraba firmemente a los ojos verdes que apenas ese día vio pero le encantaban—. No tuviste problemas para respirar mientras tu lobo estuvo a cargo —señaló y Jungkook unió algunos puntos en su cabeza; por el momento, su lobo es lo que mantiene a su cuerpo con fuerza.

—Lo i-intentaré —respiraba agitado y no le quedaba de otra más que resignarse a tolerar sus comportamientos animales de vez en cuando para que su cuerpo logre restablecerse. Jimin suspiró como si supiera que sus pensamientos no son del todo agradables pero sonrió.

—Gracias de nuevo por salvarme —saltó de la cama y se colocó la mochila en los hombros—. Nos vemos mañana, ricitos —sus mejillas se sonrojaron de inmediato y su sonrisa de despedida se desvaneció—. Lo siento, yo...

—Me gusta —sonrío a través de la máscara de oxígeno y trató de agitar su mano en despedida—. Llámame así c-cuando gustes —el omega solo achicó sus ojos en una sonrisa apenada y no se despidió de nuevo, solo salió del hospital algo aturdido y apresurado. Había tenido muchas emociones ese día, para empezar un alfa lo agredió, su paciente en coma despertó después de tres meses y medio para defenderlo, y el paciente resulta ser su destinado, eso último aún no lo cree pero se lo intentan hacer creer y eso también le causa algunos conflictos mentales.

Llegó a la camioneta junto a su padre, tomó lugar en el lado del copiloto y lo saludó con un beso en la mejilla.

—Hola, cariño —el alfa le removió el cabello como lo hace habitualmente pero se detuvo—. ¿Por qué hueles así? —cuestionó arqueando una ceja y el omega sintió el peso del mundo cayendo sobre sus hombros.

—Yo... Emm —lo dudó un poco pero decidió contar la verdad a medias—. Hoy un alfa despertó del coma y ante la confusión dejó sus feromonas por todo el piso —asintió satisfecho con su propio relato.

—Ya veo —asintió, pensativo—. El aroma me parece conocido, además combina bien con el tuyo —admitió el alfa, haciendo que el rostro del omega se tornara de un rojo intenso, Jimin agradeció que el coche permaneciera en oscuridad porque su sonrojo pasó desapercibido. La charla siguió sin importancia, hablaron de sus días y al llegar a su casa fue lo mismo con su madre mientras tomaba la cena, Shinhye estaba dormida así que solo pasó a darle un beso de buenas noches a su habitación, tomó una ducha y se preparó para dormir.

Estando envuelto en su cama y mirando al techo, se permitió pensar en los hechos del día, estos solo le causaron un miedo profundo que revolvía su estómago, pero al seguir recapitulando su día, cada idea lo llevaba a una sola, una mucho más fácil de digerir; el aroma que lo rodea es más embriagador y no tiene que pensar mucho al respecto porque es solo un olor delicioso que no significa demasiado. El aroma de Jungkook es tan fuerte que sigue impregnado en su piel incluso después de la ducha, le provoca calma y sueño así que se permite descansar aunque su pecho duela y su omega chille en señal de que algo no está bien.

✧✦✧

Al día siguiente acudió a la escuela como lo haría cualquier otro día, fue bastante pesado porque desde temprano su omega no dejaba de apurarlo y rasguñar su interior como si tuviera algo más importante por hacer. Terminó sus deberes académicos y se dirigió al hospital, realizó todo como siempre; ingresó, firmó su entrada y se cambió de atuendo para posteriormente caminar hacia la habitación de su ahora despierto paciente.

—¡Hola, Jungkook! —saludó sin mirar a la cama. Cerró la puerta tras de él y caminó hacia el mueble que estaba al lado de la camilla y fue entonces que dirigió sus ojos hacia el alfa y se encontró con un muy pálido y débil ojiverde que lo miraba con pesar—. ¡Oh, Dios! —revisó rápidamente el historial que estaba al pie de la cama para revisar los signos que tuvo a lo largo de la noche y tratar de averiguar por su cuenta la razón del estado deplorable del alfa.

—No pude dormir —sus ojos estaban casi cerrados pero aún lo observaba, su voz era apenas un susurro—. Mis... Mis heridas no cierran —suspiró—. Estoy muy cansado —su mano se movió en la cama como buscando la de Jimin pero él no lo notó, solo rebuscaba información entre los papel con mucha angustia desbordando de su cuerpo.

—Voy a consultar al doctor Jung, vuelvo enseguida —dijo apurado mientras dejaba el expediente en su lugar. Salió de la habitación, buscó por varios de los pasillos hasta que lo encontró conversando con Taehyung y Yoongi en la habitación de descanso—. Hola, chicos —saludó con el rostro algo serio.

—Hola, Jim —el beta habló primero—. ¿Qué te trae por aquí? —sonrió ampliamente aunque el nombrado no le correspondió; eso lo angustió.

—Y-Yo... —inició, mirando directamente al alfa castaño—. Estoy preocupado por Jungkook... —admitió—. Su estado es algo delicado y sé que todos los pacientes de mi área lo son, pero él se ve realmente mal —su tono sonaba realmente triste—. Necesito... Necesito que lo ayudes.

—Ya veo —Hoseok se levantó, rodeó a Jimin con uno de sus brazos y lo guio hacia uno de los sofás para tomar lugar a su lado. Inmediatamente Taehyung tomó asiento en el otro lugar y Yoongi en frente, en la mesa ratona, todos rodeándolo para hacerlo sentir seguro. El omega no suele tener amigos de su edad y ellos lo saben; a lo largo de los dos años que tiene de conocer a Yoongi, logró ganarse todo su corazón, el beta lo adora como un hermanito pequeño y se ha encargado de que Taehyung y Hoseok vean todos los lados adorables y amigables del ojiazul, ahora ambos alfas lo aprecian tanto como él y se han convertido en un lindo cuarteto de amigos.

—Él tuvo problemas para dormir, es por eso que está tan cansado —explicó Hoseok—. Las medicinas lo ayudan pero en el caso de Jungkook es difícil, necesita que su cuerpo se cure a sí mismo.

—Sus heridas no cierran —contraatacó Jimin con los inundados—. Él es alfa, debería estar sanando.

—Jim, él no está en buenas condiciones, nunca pudo ser un alfa, siempre lo limitó y su lobo es muy fuerte, pero no está siendo tan fuerte como debería gracias a los supresores —explicó nuevamente el castaño—. Y sin afán de incomodar o entrometerme, un alfa se debilita más si llama a su omega y él no acude... —los ojos del omega se expandieron por su insinuación—. Durante la noche su alfa estuvo llamándote y obviamente no viniste, es comprensible que esté agotado.

—¡Ustedes no! —negó rápidamente poniéndose de pie—. El doctor Moon llegó con toda esa mierda de que es mi destinado y okay, ¡estoy tratando de ayudar! Sigo siendo su enfermero y nunca dejaría a un paciente, pero el que traten de convencerme con estas mentiras, ya me siento tan responsable cuando veo a sus papás y ver cómo me agradecen algo que yo ni siquiera intenté hacer, es tan... cansado —su tono era alterado pero su voz se quebró hasta el final—. ¡Y ahora ustedes! Están diciendo que está débil porque yo no estuve a su lado.

—No llores, Jim —Taehyung se acercó a él y lo abrazó por el costado—. Si tú no quieres no tienes que ayudarlo, no es tu responsabilidad —acarició suavemente la espalda de su amigo, consolándolo; el omega se escondió en su cuello y rió ligeramente entre lágrimas.

—Claro que lo es... es mi trabajo, bobo —rió y el pelinegro lo imitó.

—Sabes a lo que me refiero —puntualizó y el castaño asintió aún escondido—. Si no sientes que eres su omega, entonces no haces más que tu trabajo.

—Es que no puedo creer esto pero mi estúpido lobo rasguña y se queja cuando no estoy con él, y está eso de querer cuidarlo todo el maldito tiempo —salió del cuello de Taehyung y miro a Hoseok—. Yo no creo en eso pero me hace dudar —suspiró cansado y liberó otras lágrimas.

—Y no olvides las veces donde debieron toparse antes de todo esto —añadió Yoongi sonriente. Jimin rió entre el llanto y se inclinó hacia delante cubriendo su rostro con ambas manos.

—No ayudas, Yoongi —regañó Hoseok, su sonrisa no dejaba que la reprimenda sonara seria—. Puedes hacer lo que quieras, Minnie. Tu responsabilidad es como enfermero no como otra cosa.

—No quiero que le pase nada —descubrió su mirada lentamente y se dejó abrazar por el alfa castaño—. Pero incluso si yo quisiera hacerlo, aún no sé si él quiere mi ayuda más allá de como su enfermero y... —cerró los ojos con miedo de decir lo siguiente—. Se ve como una buena persona y todo eso, pero si tengo contacto más allá de lo necesario, mi lobo se encariñará, puede ser peor para ambos cuando nos alejemos.

—¿Y por qué se alejarían? —cuestiona Hoseok en un tono extrañado—. ¿Sabes que son muy raros los casos donde se encuentra a un destinado? Son uno en millones, Jim.

—Los destinados no existen y obviamente no nos vamos a enamorar y vivir felices por siempre —agudiza la voz para sonar adorable aunque su cara demuestre fastidio—. Esto no es un cuento.

—Pues ustedes dos suenan a la bella durmiente —Yoongi se encogió de hombros y Jimin rodó los ojos con gracia; agradece que Min siempre trate de hacerlo sentir mejor con comentarios graciosos.

—Pero él no quiere eso, no quiere nada que tenga que ver con alfas u omegas —niega.

—Escucha, sé que todo esto es complicado pero ese chico no ha lidiado con su alfa nunca, él no sabe lo bueno de su casta y todas esas mierdas, se enfocó en lo malo y te aseguro que este tiempo que pasará sin supresores le será muy útil, no te cierres —se acercó al omega y tomó su mano—. Si son destinados te aseguro que se enamoran y no querrán despegarse ni un segundo —rió—. Si no quieres ayudarlo también está bien, si no se enamoran está bien y si lo hacen y al final se alejan siempre vas a tenernos a nosotros para ayudarte y darte medicinas clandestinas para el dolor de tu omega —lo último lo dice en broma y hace reír al omega.

—Y si te lastima, Taehyung y yo podemos patearle el trasero cuando se recupere —Hoseok acarició su mejilla limpiando el rastro de lágrimas que permanecía ahí.

—Gracias —sonrió un poco más convencido—. Pero... ¿cómo puedo ayudarlo? Osea... Ya saben, como omega —él aún no estaba convencido sobre eso de los destinados, pero no pierde nada con intentarlo, ¿o sí?

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